2017: Disfrutar el momento evitando la complacencia

Hacer un balance de 2017 sin caer en el sesgo de disponibilidad (los datos más recientes tienen prioridad en nuestro cerebro) me ha resultando complicado.

A nivel laboral el año ha sido bueno (pero el último trimestre más flojo de lo previsto), en lo deportivo he ganado 3 carreras en las últimas semanas del año (pero los objetivos de la temporada llegan ahora) y a nivel personal… 2018 traerá bastantes cambios.

En lo profesional he acabado el año con malas sensaciones, fundamentalmente porque un par de mis webs más antiguas han pinchado un poco y eso repercute en mis balances. El primer semestre del año muy bueno, el segundo mejorable.

Lo bueno es que en Julio monté otra que va acumulando los suficientes datos para ser optimista. ¡Las próximas Navidades debería darme grandes alegrías!

Tras releer los balances de otros años me doy cuenta que el año ha sido bueno. Y caigo otra vez en el mismo error: no saber disfrutar el momento. Ok, hay indicadores que no van bien pero hay que ver el cuadro completo… sin que eso lleve a caer en la complacencia. Porque otra cosa que he estoy intentando que no se me olvide es lo difícil que es luchar contra las verdades incómodas…

Independientemente de los balances económicos lo que más satisfecho me deja es la experiencia que voy acumulando en internet. Siempre podré mejorar, pero cuando asisto a cursos y charlas compruebo que estoy bastante actualizado. Si un día doy por concluida mi aventura en solitario tengo bagaje que aportar a otras empresas.

Pero el año dio para mucho más. Dejé de escribir mi blog en el Diario de Navarra porque me cogí unas vacaciones en verano que durarían hasta que ellos me dijeran y no volvieron a contactarme, me afané en dormir más (pocas siestas perdono), creé la primera página en Wikipedia de un familiar mío y también su web, volví a comprobar que es buena idea invertir en formación, leí 24 libros y 3 cómics (destaco Nunca te pares, Superpoderes del éxito para gente normal, Patria, La sirena de Gibraltar, Contrarreloj y Los cuerpos extraños), estuve en 3 festivales de música con amigos, volví a jugar un partido de baloncesto con marcador y árbitros, hice 2 escapadas a Francia, conocí en mayor profundidad Navarra…

El atletismo también cundió. Aunque no alcancé mis objetivos competí en otro Campeonato de España de Campo a Través de Clubes, metí la pata con Teledeporte retransmitiendo en directo, trabajé la velocidad para celebrar que pasaba a categoría Veterano (combatiendo el cliché de que la velocidad es para los jóvenes), gané Amimet (3ª vez) y la San Silvestre de Tudela (2º), hice la mínima para el Campeonato de España de Pista Cubierta en 3000….

Y muchas horas compartidas con la gente a la que quiero de verdad. Esto y la salud que no falte. Lo demás debe estar en un segundo plano.

La montaña rusa no parará en 2018. Ni para mi, ni para ti.

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