Para conseguir algo relevante el esfuerzo no es negociable. Y aunque intento aplicar en mi vida el «Work smarter, not harder» en vez del «Hard work pays off» tengo claro que lo anterior no es debatible.
Si ya de por si es cansado luchar por tus objetivos si el entorno no acompaña el desgaste es doble. Aquí la problemática puede venir por dos vías: 1.- el entorno no te ve capacitado para lograrlo (ejemplo: búscate un trabajo más estable). 2.- el entorno no da valor a tu objetivo (ejemplo: deja de machacarte «jugando» a ser atleta).
Por muy claro que tengas que debes seguir tu camino, porque para no flaquear en determinados momentos es necesario tenerlo muy claro, «la lluvia por fina que sea cala». Si alcanzar un objetivo importante no es fácil, hacerlo contra un entorno que te pone, incluso sin ser consciente de ello, pequeñas zancadillas convierte el proceso en titánico.
Aunque creo que no soy una persona que le dé excesivo valor a las críticas de según quién (porque este es uno de los problemas: hay mucha gente que opina de todo, y de todo no se puede saber) como mínimo da rabia la reiteración del discurso «hazme caso a mí y déjate de historias».
Me molesta especialmente cuando una persona te invita «amablemente» a dejar de perseguir tu objetivo simplemente porque él no le da valor a la meta que pretendes alcanzar. Que a ellos no les compense el esfuerzo que estás invirtiendo en lograr tus objetivos no convierte en ciertos sus argumentos.
Pero este mensaje también va dirigido a mi mismo. Ojo Luis con minusvalorar los objetivos de otras personas. Porque también lo he hecho. Para mi puede no tener sentido que alguien quiera sacarse una oposición por el único motivo de tener un trabajo fijo (aunque no le entusiasme) el resto de su vida, ¿pero por eso debo juzgarlo? ¿Por qué pensamos que alguien se está equivocando? ¿Simplemente porque sus pensamientos no están alineados con los nuestros? Esto no quiere decir que no tratemos de dar nuestra opinión a quién nos lo pida pero deberíamos tener mucho cuidado con «cortar las alas» de los demás. Dejemos que cada uno viva su vida. Cambiemos pequeñas zancadillas por palmadas en la espalda (si son merecidas, adular sin motivos no creo que sea bueno para nadie).
No quiero cerrar esta reflexión sin dejar claro que soy un afortunado porque mi entorno me suele apoyar en todas mis decisiones / proyectos. No tengo ni una sola queja de lo que llamaré mi tier 1 (las personas con las que más tiempo paso), pero en ocasiones si se me han clavado pequeñas críticas de mis tier 2 y 3. Para esto viene bien escribir, para cerciorarse de que vamos en la dirección que creemos correcta y seguir yendo a por ello con una piel un poco más gruesa. Porque los «díscolos» de tu entorno es fácil que no vayan a cambiar.
Si algo te sale de dentro ve a buscarlo. Traza tu plan y ponle esfuerzo. Céntrate en tus objetivos… y no gastes energía criticando los de los demás. Si no luchas por lo que quieres no te lamentes por lo que pierdes.
[Min 0:40] Lo más importante en la vida es hacer lo que nos gusta. Contra viento y marea. Porque ellos lo que van a intentar todo el rato es quitarte el alma, robártela. Y eso cansa mucho.
No eres de los que pones zancadillas, puedes quedarte tranquilo.
Y, sí. No comento pero entro en esta web de vez en cuando 😉