Seré de los últimos en escribir su balance de 2019, pero no será porque no lleve desde final de año dándole vueltas. Y es que si una pregunta me ronda la cabeza últimamente es: ¿estoy teniendo éxito o estoy fracasando?
Para unos triunfaré (puedo trabajar en pijama) y para otros fracasaré (¿se pueden alcanzar grandes cotas trabajando ya casi una década en pijama?). En esto último creo que reside la clave: ¿qué es alcanzar grandes cotas?
Y aquí es donde cada uno debe que fijar su baremo. Muchas veces parece que la inercia de la sociedad es que no hay éxito si no se traduce en altos beneficios económicos. Pero lo anterior tampoco queda claro, ¿cuánto dinero es suficiente?
Lo curioso es que un curso más he vuelto a ingresar bastante más de lo que he gastado, con lo cual el dinero no debería ser preocupación. Pero inconscientemente me auto-exijo mejorar los balances respecto al año anterior, como si fuera una multinacional que debe reportar sus cuentas a sus accionistas cada fin de año.
He dicho muchas veces que tener ahorros me da tranquilidad para no sobre-reaccionar a las subidas y bajadas de esta noria que es trabajar como autónomo… ¿pero de qué me sirve este colchón si al final de año me exijo que el balance económico de ese año sea «lustroso»?
Esto es algo con lo que quiero romper en 2020, porque una parte importante de mi tiempo la voy a dedicar a aspirar a un puesto que apenas existe en España (en USA, si). De esto mejor hablar otro día, porque hoy toca repasar el 2019… aunque lo cierto es que a lo largo del post dejo muchas pistas.
Aunque este post esté centrado en lo profesional, no puedo obviar lo personal porque ambas son vertientes que se retroalimentan. Empecé el año viviendo con mis padres, lo acabo volviendo a vivir en pareja (con cambio de ciudad incluido). Era lo planificado y se ha cumplido. Por cierto, qué agotadoras son las mudanzas… Por intentar hacer todo a la vez (curro, nuevos proyectos, mudanza, atletismo, relaciones personales…) caí en la casilla del estrés como no recuerdo haberlo hecho anteriormente. Me pegué un par de meses con dolores de cabeza recurrentes, empezándome a preocupar. Llegó el verano, descansé y no se han vuelto a repetir. Muy importante aprender de estos episodios. Porque la salud es lo más importante. Porque sin salud no puede haber nada más. Tenerla si que es tener éxito.
Como atleta tras 6 años dejó mi club de siempre (me federé en atletismo con más de 30 años) buscando nuevos retos. Renovarse o morir, amigos.
No tengo planificado competir más en 2019, así que el domingo fue mi última carrera con @RiberaAtletico (en esta etapa ?).
Y qué mejor forma de poner fin a estos preciosos 6 años con una victoria en los 5K del #TrofeoAkiles.
La 2020 correré con @Club_Corredores. Nuevos retos! ? pic.twitter.com/57YqGrDDl5— Luis Clausín (@luisclausin) December 4, 2019
Pero el año dio para mucho más. Cayeron otros 2 etapas en directo del Tour de Francia, otro Sonorama, casi 2 semanas por Portugal, 3 Campeonatos de España más de Atletismo (Campo a Través de Clubs, Campo a Través de Federaciones Autonómicas y 10K Ruta ¡con medalla por equipos M35!), sumé mi 21ª victoria en carreras populares cuando ya casi tenía asimilado que en 20 me plantaba, arranqué la iniciativa #MB2004 (de momento 56 días sin fallar, mi reto es superar los 365 días… y después continuar), me abrí cuenta en Twitter exclusivamente para mezclar estadística y baloncesto…
Entre unas cosas y otras, el último trimestre leí poco y bajé mi media lectora anual. Acabé el año leyendo 19 libros, de los cuales me «volaron la cabeza» especialmente Superpronosticadores y Thinking Basketball.
Mi libro favorito del 2019, sin duda, ha sido Superpronosticadores.
He compartido mi opinión sobre él en https://t.co/VkdfHjku5f, pero si queréis un pequeño resumen del mismo no os perdáis este comentario / review: https://t.co/NlqTfAY5tY pic.twitter.com/i6IrbFgIAm
— Luis Clausín (@luisclausin) December 21, 2019
Tampoco puedo obviar que el año pasado me marqué 3 objetivos, que es obligado repasar.
Crear 3 nuevas webs para mi cartera. Me daría un 2. Creé una, y prácticamente no la he mirado. Volví a cometer el error de apostar por una temática que, aunque parecía rentable, me interesaba 0. También escribí un ebook… aunque más como desahogo que buscando su rentabilidad.
Meditar regularmente: Encadené unos cuantos días consecutivos… y partir de ahí 0. Mucha gente lo recomienda, pero no le acabo de coger el «rollo».
Volver a leer en inglés: Esta si que la cumplí. He leído varios libros, y también he devorado varios artículos en la lengua de Shakespeare. Este año, que acaba de empezar, me he puesto además con audio y video.
Tampoco me fustigo, porque los 2 objetivos en los que fallé en principio no están entre mis retos para 2020.
Creo que con este post ya puedo dar carpetazo al 2019. ¡Que continúe la montaña rusa! ¡Y por muchos años!
Pd: Soy consciente de que este post está influido por el sesgo de disponibilidad (la información y los datos más aceptados, recientes, o prontamente disponibles, son seleccionados con prioridad por nuestro cerebro), ya que estas Navidades he estado leyendo Game Changers. Os lo recomiendo, seguro que aparecerá en mi lista de recomendaciones de 2020 ya que todavía me quedan unas páginas para terminarlo.
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¡A por el 2020! Ya me parece un buen balance del 2019 y varios de tus cambios personales son los mismos que los mios 😉